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Rector visita sede de Concepción

Durante los días viernes 24 y sábado 25 de abril, el rector de la Comunidad Teológica, profesor Daniel Godoy, visitó la sede de la Comunidad en la ciudad de Concepción, y junto con hacer las clases del curso Palestina en Tiempos de Jesús, el día sábado participó en el culto de apertura del año académico 2015. En la ceremonia realizada participaron activamente docentes, alumnos, administrativos, hermanos y hermanas. Al finalizar las actividades, una confraternización se realizó con la asistencia de quienes participaron de la celebración. En esta ocasión se inauguró el equipo de amplificación que se adquirió para la sede.

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Reflexiones de forasteros: Jüergen Denker y Ok-Hi Park

Tal como Jacob, no llegué al extranjero, Señor. No tenía que andar a pie. Llegué a Chile en barco. Tampoco tenía que pagar como los otros que debían pagar a los captadores de emigrantes. Además yo tenía una cama, Jacob solamente una piedra como almohada (Gen 28,11). Por otro lado, no me esperaban familiares; Jacob podía refugiarse con Laban, el hermano de su madre Rebeca. Sin embargo, hermanos de fe aguardaban mi llegada. Yo no era refugiado tal como Jacob, Señor.

El tenía que huir de la ira de su hermano Esau. A mí, me mandaste, Señor, como trabajador inmigrante. Querían que viniera. Y así yo miraba desde el barco hacia el muelle del puerto de Valparaíso. ¿Quién iba a  esperarme? No lo sabía. Tomé en mi mano la última edición de los Lutherische Monatshefte y con la otra mano dibujaba una cruz en el aire. Y en el signo de la cruz nos encontrábamos.
Sin embargo, forastero era. Tal como Jacob. Rápidamente podía aprender el idioma. Laban y Jacob probablemente no habrán tenido dificultades para charlar. Pero las costumbres eran diferentes, Señor: Las fiestas producían felicidad, que yo no entendía, los bailes que no dominaba, los chistes que no entendía, el sistema legal que me era ajeno. No, yo no había crecido en este país, y el colegio ahí tampoco lo había cursado.

¿Y cómo  vivió Jacob las costumbres de su exilio? El no sabía, a modo de ejemplo, que era costumbre que se casara primero la hija mayor, después la menor. La boda era un desengaño (Gen 29). Y como no tenía para pagar el precio por la otra hija, debía vender su fuerza laboral por otros siete años. Diez veces se le había cambiado la remuneración. Así se queja Jacob (31,7). Como forastero era inferior. Esto lo conozco, Señor: recortar el sueldo, amenaza de ser expulsado. Como inmigrante uno siempre es un ser humano de derecho inferior. No puede ser de otra manera.

Naturalmente hay que amoldarse, hoy como antiguamente. El pueblo de Israel exigía de los forasteros aprender el lenguaje (Nehemías 13,24). Los forasteros debían comer solamente carne de animales degollados, no debían tocar carnaza para proteger la pureza a los miembros de la comunidad israelita, debían observar los sábados y las fiestas y abstenerse de un comportamiento sexual deshonesto (Lev 17-18). Pero Israel también tenía el mandato de amar a los forasteros (Dt 10,19), porque ellos mismos habían sido forasteros. También para mi, Señor, preparaste amigos que apreciaban mi trabajo, y lo hacen hasta el día de hoy. Entiendo que Laban no quería desistir del trabajo de un experto. Jacob tenía que luchar por su demisión (Gen 31). Yo no necesitaba pelear. Los convenios eran inequívocos. A pesar de los amigos, a pesar del amor que experimentaba, a pesar de la disposición de amoldarse – me quedé como forastero, como un gringo. Sólo mis nietos serían posteriormente integrados. ¿Se habrá sentido Jacob como un extraño en esta tierra, a pesar de ser sus dos mujeres oriundas del país? De todos modos Jacob quería volver a su patria, a pesar del resentimiento de su hermano.

Jürgen Denker

Sus mujeres emigran con él. Siempre son las mujeres que abandonan el hogar nativo. Por eso es llamativo que leamos en Gen 2,24: “Deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer”. También yo, Señor, he dejado padre y madre, 25 años de edad, pero no para casarme, sino para servir a mi Señor y Salvador. Me llevaste a Alemania. Ahí podía aprender enfermería y teología. Deseaba trabajar con Albert Schweitzer en Lambarene. Pero tú, Señor, me condujiste por otro camino.

En Alemania era trabajadora inmigrante de Corea. No me gustaba el pan, ningún queso, ninguna salchicha. Sin embargo, en el hogar de enfermeras podía preparar arroz. Después de 3 días de vuelo por Japón y la India habíamos llegado; nevaba, para la nieve no estábamos preparadas – era otoño; teníamos frio, tuvimos hambre, nadie nos buscaba. Una hermana católica nos daba algunos plátanos. Por la diferencia horaria, la escuela de enfermería nos esperaba recién para el día siguiente.

Pronto se colocaron los árboles navideños. Me dio alegría encontrarme en un país cristiano. Pero pronto me di cuenta que se realizaban muchas cosas solamente como fachadas. Por lo menos había pacientes que querían hablar de la fe conmigo, que querían orar conmigo. Muy pronto, tú diste Señor, buena fama a las enfermeras coreanas. Los pacientes pedían nuestra asistencia, y por eso tampoco faltaban la envidia, las argucias y el acosamiento. Parece ser un rasgo común entre los seres humanos. Se nos podía identificar fácilmente como grupo y por eso muy pronto se decía: “Las coreanas son …”.

Tú preparaste hermanos y hermanas de fe que se fijaban en las enfermeras coreanas. Me llamaron a servir a las enfermeras coreanas como cura de alma. Arreglaban todo lo burocrático de lo que yo no entendía. No he tenido hijos, tal como Raquel en el principio, y sin embargo tenía muchos hijos e hijas espirituales. Tú sabes, Señor: Coreanos necesitan de sus familias. Un vuelo a la patria era caro, teléfono también. Yo era una de las mayores. Tú, Señor, me preparaste para ser madre en la soledad, en la noche, cuando las enfermeras de la velada me llamaban en su desolación. Llegué a ser pastora y podía congregar muchos hermanos y hermanas de mi patria en estudios bíblicos y más tarde en congregaciones. Ahí encontraron bajo el signo de la cruz, compañía para sentirse en casa. Y al mismo tiempo encontraron bajo este signo una puerta a la sociedad que los rodeaba. Pienso que tenías humor, Señor, cuando procuraste que yo recibiera una cruz, el Bundesverdienstkreuz, como distinción de parte del estado alemán de manos de Johannes Rau.

A pesar de que me bendijiste en mi trabajo, la preocupación mayor de mi madre era que me casara. Yo había planificado volver a Corea en la vejez, para orar en el monte junto con otros seres humanos y hablar contigo en la tranquilidad de la naturaleza. Así quería prepararme para el regreso a ti. Y tú, Señor, otra vez me condujiste por otro camino. Cuando conocí a un pastor, dije “Sí”, a pesar de mis 50 años. Muchas de mis hijas espirituales ya se habían casado antes con un esposo alemán. Sabía que no iba a ser fácil, visto las diferencias culturales. Pero para mí valía, lo que Rut decía a su suegra: “Donde tu vayas, yo iré, donde habites habitaré” (Rut 1,16). Ya tenía un pasaporte alemán en vez del coreano.  Y tu Señor, tú eres el Dios común quien nos acompañó por muchos países y culturas. Sí, Señor, tu siempre estabas presente, sea donde sea, no ligado a una cultura determinada o a un país especial. Aunque nuestros países de origen y su cultura nos han formado y acuñado, sin embargo tenemos una patria mayor en tu presencia: “Nosotros somos ciudadanos del cielo de donde esperamos como Salvador al Señor Jesús quien transfigurará este cuerpo nuestro insignificante” (Fil 3,20).

Ok-Hi Park-Denker

norte

Ante los sucesos ocurridos en el norte del país

“Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio” (Sl 18,2) Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu (Sl 34,18).

Consternados y dolidos por los acontecimientos que han afectado a gran parte de nuestro país y ante el sufrimiento y la pérdida de vidas humanas, como Comunidad Teológica expresamos nuestra solidaridad con quienes sufren y lloran la partida de su seres queridos, así como la pérdida de sus bienes materiales y ven con impotencia que han quedado en una situación de gran vulnerabilidad. A todos quienes sufren, nuestro saludo fraterno y nuestras oraciones ante Dios para que, en su amor y gran misericordia, les consuele conforte y les de las fuerzas y voluntad para levantarse y seguir adelante confiando que este drama no les quitará el deseo y las ganas de ponerse de pie.

Que las palabras del salmista junto a la solidaridad de muchos sea también señal que, ante tanta adversidad, es posible ver señales de esperanza, de vida, de confianza.

Nuestro país permanentemente es afectado por catástrofes naturales y esta vez no ha sido diferente. Esto mismo ha hecho que su gente forje su carácter e identidad como un pueblo valeroso, abnegado, valiente y no hoy, sino desde siempre, ha sido capaz de superar los sufrimientos que tales catástrofes le acarrean. En eso nos afirmamos y en ello ponemos parte de nuestra esperanza. Chile, por otro lado, es un país de cristianos y cristianas, de muchas personas que viven su identidad religiosa y su espiritualidad y ante la adversidad, el dolor y sufrimiento pone su fe en el Dios de la vida y ese mensaje queremos transmitir y llevar a los cientos de personas afectadas.

Nos sumamos, desde nuestra experiencia, y nos unimos a todos quienes buscan soluciones y ofrecen apoyos y comprometen voluntades para paliar, en parte, el sufrimiento que en estos momentos nos afecta como país.

Invitamos a todas las personas de buena voluntad a no escatimar ningún esfuerzo para mitigar tanto dolor y sufrimiento. A cada uno/a donde esté que haga su mejor contribución y que de la generosidad de su corazón comparta con quien lo necesita.  A nuestras iglesias, pastores, pastoras, hermanos y hermanas la invitación ha sido hecha desde el mismo día de los sucesos. Acerquémonos a los lugares de acopio y contribuyamos generosamente. Hay lugares en cada ciudad donde se reciben donaciones y hasta allí les invitamos a llevar su aporte.

A quienes están en eminencia nuestro pedido es que no dejen ni cesen en el trabajo de acompañamiento y atención de las víctimas. Que redoblen los esfuerzos y agoten los medios necesarios, que incluyan a la sociedad civil y religiosa y que organicen y hagan de este momento la posibilidad de creer y unir fuerzas en pro de una causa mayor.

A los hermanos y hermanas de las iglesias evangélicas que están sufriendo en carne propia este dolor, oramos y les abrazamos a la distancia y les recordamos que el Señor está en todo momento y en cada lugar. De forma especial saludamos a las congregaciones de la Iglesia Metodista y Presbiteriana, miembros de nuestra Comunidad Teológica, localizadas en los lugares más afectados que sufren y en medio del dolor esperan y confían en que vivirán días mejores, porque las promesas del Señor se cumplirán.

Desde la fe evangélica, confiamos que la fuerza del Espíritu del Señor seguirá presente en cada uno de sus hijos e hijas, les consolará y fortalecerá. Y que en medio de tanto sufrimiento se abrirán las puertas necesarias y se prepararán las mesas para que el pueblo chileno sea bendecido y alimentado.

Profesor
Daniel Godoy
CTE de Chile.

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La educación teológica en un escenario de perpejlidad

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Presentación de pruebas en caso Pascua Lama

Durante la jornada del día miércoles 8 y jueves 9 de enero recién pasado, en el Segundo Tribunal Ambiental de Santiago, se presentaron los testigos de la demanda por daño ambiental por destrucción irreparable de glaciares, producto de las acciones irresponsables de la empresa Barrick Gold, titular del proyecto Pascua Lama.*

Agricultores, crianceros y ex trabajadores llegaron a Santiago para dar fe de los diversos impactos que las faenas del proyecto binacional han ocasionado en lo alto de la cuenca del Valle del Huasco, presentando pruebas que datan desde los años 90, recabadas por la comunidad con la pretensión de que en algún momento las autoridades competentes pudieran escucharlos. Ante la obsecuencia de las autoridades del poder ejecutivo, hoy recurren al poder judicial con la esperanza de que su voz sea considerada para preservar la vida del territorio.

El tribunal ambiental de Santiago acogió la solicitud para que testificaran en primer término los representantes comunitarios que viajaron especialmente desde Atacama para dar a conocer cómo se ha destruido el ecosistema glaciar del Valle del Huasco producto de la acción de la minera.

Francisco Bou de Agrícola El Rosario, dio cuenta de la mala fe con la que operó la transnacional canadiense al ocultar la existencia de los glaciares cuando presentó su proyecto a la institucionalidad ambiental, desdén que continuó con el inicio de las faenas trayendo un paulatino retroceso de las masas glaciares. Horacio Gaytán, de Agrícola Río del Tránsito, por su parte, se refirió a los impactos nefastos que ha traído para la producción agrícola del Valle, el aumento de la sedimentación con contaminantes que ha venido experimentado el río, producto del aumento artificial del caudal, producido por el derretimiento acelerado de los glaciares.

Miguel Salazar, en su calidad de ex trabajador en la faena minera, testimonió sobre cómo había instalado dinamita en los glaciares para hacer caminos de acceso y también para instalar plataformas de sondaje.

Luis Faura, ex consejal y presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, hizo un recorrido histórico de cómo la empresa fue maquillando a la comunidad su operar, ocultando sistemáticamente el daño a los glaciares, pese a que en sucesivas subidas que él ha realizado al sector de Corral es apreciable la afectación que hace décadas vienen denunciando los y las vecinas.

Elson Rojas, productor de sandías y melones y oriundo del Valle del Tránsito, dió cuenta de la vulnerabilidad en la que se encuentran los pequeños y medianos agricultores, frente al funcionamiento de este tipo de emprendimientos, más aún cuando está en juego el suministro hídrico del territorio, que nunca, antes de la instalación de la minera se había visto tan severamente amenazado, lo que incluso lo ha llevado a perder su producción por dos años consecutivos.

Todos los dichos han sido debidamente documentados con cartas, fotos, informes oficiales, videos, ingresados con antelación al Tribunal en el expediente de la causa. La presentación de pruebas se extenderá probablemente hasta el mes de marzo, donde expondrán los testigos expertos que demostrarán los graves impactos que ha sufrido el Glaciosistema y el Hidrosistema que nutren de vida a todo el Valle del Huasco de Cordillera a mar.

Nosotros las comunidades del Valle del Huasco nos encontramos estudiando y organizándonos para hacer frente a este compromiso con la vida que hemos decidido emprender en conjunto con la Observatorio Latinoamericana de Conflictos Ambientales OLCA, frente al actuar irresponsable de los servicios fiscalizadores que no han hecho absolutamente nada para resguardar los Glaciares, nuestra Agua y nuestra cultura.

– Asamblea por el Agua del Guasco Alto
– Comité Ecológico y Cultural Esperanza de Vida
– Unidos por el Agua
– Comunidad Diaguita Los Tambos
– Comunidad Diaguita Patay Co
– Consejo de Defensa del Valle del Huasco
– Iglesia Presbiteriana, Chigüinto
– Pastoral Salvaguarda de la Creación
– Colectivo El Pimiento
– Centro Cultural Creando Valle
– OLCA