Corría el año 1991, cuando, por primera vez, el pastor Manuel Gajardo, asumía la secretaría del Directorio. Desde esa fecha, y con un pequeño descanso de dos periodo, el pastor llegaba con su pesado maletín a las reuniones del Directorio. El viaje de casi nueve horas de su natal Vallenar hasta Santiago, no lograban disminuir su entusiasmo y buena disposición para las tareas que como secretario, debía cumplir.
En su maletín venían las actas para la reunión y si había asamblea, también. En otras oportunidades echó, al lado de la papelería, algún regalo de la zona, para la celebración.
Hoy es el último día que ejerce esta función. Gracias por el tiempo dedicado a esta casa, que también es su casa.
Pastor, le extrañaremos, extrañaremos los relatos de su terruño, de los miembros de la iglesia de Chiguinto y sus anécdotas. Los desafíos de hermanos y hermanas que viven en el norte del país y que, a través suyo, nos hacíamos cercanos. Gracias!
Agradecemos el tiempo dedicado, el Señor le bendiga en abundancia.